Tras someterse a una cirugía muy moderna y riesgosa, Alexander Hernández pasó de tomar 1.400 mg de medicamentos para el Parkinson a solo consumir 300 mg diarios y espera dejar de necesitar fármacos progresivamente.
Hernández, paciente de Parkinson, viajó de su natal Venezuela a España el pasado mes de julio para someterse a una novedosa cirugía con la que poco a poco dejará de necesitar medicamentos.
A pesar de lo complicado del viaje y de la operación, Hernández reveló que el resultado fue satisfactorio y se convierte en un alivio para él, porque dejará de ser víctima de la escasez de medicamentos en el país.
“Luego de la cirugía pasé de tomar 1.400 miligramos de Levodopa y Madopar a solo tomar 300 miligramos. O sea, que me bajaron 1.100 mg de una vez. Me siento muy orgulloso por eso, pero seguiré bajando las dosis porque mientras menos tome es mejor para mi cuerpo”, explicó.
Hernández tiene 43 años de edad y se desempeña en Venezuela como presidente de la Fundación Parkinson Caracas, una iniciativa que terminó de materializarse el año pasado. Él fue diagnosticado con Parkinson hace ocho años, lo que cambió su vida totalmente porque era deportista y progresivamente tuvo que dejar sus actividades regulares como consecuencia de la patología.
“El Parkinson tiene algunos efectos como tembladera, espasmos musculares y sinestesia. Yo particularmente me vi muy grave con los espasmos musculares, incluso cuando llegué a España el doctor quiso hospitalizarme antes de lo previsto porque me vio muy mal”, señaló.
¿En qué consiste la operación?
Hernández se sometió a una cirugía en la que le aplicaron un aparato que lleva estimulaciones profundas al cerebro y toman el lugar de la dopamina. Él fue la tercera persona en España en hacerse este procedimiento y la primera en toda Cataluña.
“La estimulación profunda del cerebro es una operación muy compleja porque debes estar dormido y despierto, debes interactuar con el médico mientras están colocando los neurolitos (electrodos) de ocho polos, porque cada hemisferio del cerebro tiene cuatro polos de estimulación. Este es uno de los métodos más modernos porque puede estimular los 360 grados del cerebro”, explicó Hernández.
El estimulador fue diseñado por la compañía Boston Scientific y tiene una duración de 25 años, a diferencia de otros estimuladores en el mercado que solo duran 5 años. Luego de que se vence la vigencia del aparato se debe hacer otra cirugía solo para cambiar la batería.
“El estimulador en el cerebro te quita la tembladera y el resto de los síntomas de párkinson. Me siento muy bien, ya no tengo espasmos y solo debo trabajar en fisioterapia, terapia del habla para articular bien las palabras y otras recomendaciones de cómo tragar y qué postura debo mantener”, comentó el paciente.
Luego de que todo el sistema es aplicado, se maneja con un control remoto “parecido a un teléfono Nokia” para enviar las estimulaciones. También cuenta con un cargador inalámbrico que va alrededor del cuello como un babero y recarga la batería del aparato. Aunque el paciente está capacitado para manejar este sistema, también pueden manejarlo en conjunto con el neurólogo para no exceder las cargas eléctricas.
En buenas manos
La cirugía fue concretada en el Instituto de Barcelona Parkinson, dirigido por el doctor venezolano Gabriel Salazar, graduado de la Universidad de Carabobo. Salazar fue el neurólogo de cabecera en la operación junto al neurocirujano Rumia, quien ha realizado más de 400 intervenciones de Parkinson. Además contaron con la presencia de la doctora Marisol Gallardo, de la clínica La Floresta de Caracas, quien ha llevado el caso de Hernández desde hace ocho años.
Hernández estuvo tres días hospitalizado y 8 horas y media en el quirófano, aunque estaba previsto que su intervención durara 11 horas.
“Los doctores me colocaron los electrodos a la altura del cerebro y aunque estaba anestesiado debía seguir despierto, así que sentí como me perforaban. Luego de eso el doctor Salazar me daba instrucciones como ‘mira a la izquierda, ahora a la derecha, saca la lengua, mueve la mano’. Después de eso te preguntan qué sientes al aplicar cada estimulación. En algunas sentí hormigueos y en otras sudé mucho a pesar de que el quirófano estaba helado”, relató.
El paciente explicó que luego de la cirugía debe hacerse una resonancia magnética para verificar que no hubo alguna lesión en el cerebro. Esta es una de las razones por las que la operación es muy riesgosa. “Los médicos están felices con el resultado y dicen que he evolucionado muy bien tanto en cicatrización como recuperación. De verdad no puedo pedirle más a Dios porque estuve en buenas manos”.
Otro apoyo importante para Hernández fue el de quienes le aportaron los recursos para esta cirugía, que costó en total 82.000 euros, con los que no contaba. “Cuando me enteré de que podía hacer esta operación comencé a meter cartas en todas las instancias que pude y unos meses después se manifestó una fundación extranjera (la cual no tiene autorización para mencionar) que pagó todo”.
“Quiero poder ayudar a otros pacientes”
Hernández regresará a Venezuela este viernes para seguir con su recuperación y seguir apoyando a los integrantes de su fundación.
Además de compartir la experiencia con otros pacientes, dijo que hará todo lo posible para que ellos corran con la misma suerte. “Hay varios compañeros que podrían hacerse este procedimiento y que se alegraron mucho cuando yo lo hice. Quiero poder ayudar a otros pacientes para que se hagan estas operaciones y en enero acompañaré al primero a Barcelona para que lo haga”.
Agregó que seguirá respaldando a sus compañeros que necesiten medicinas, con donaciones y denuncias ante todas las instancias nacionales e internacionales. “Ya los medicamentos que yo dejo de tomar pasan a donaciones, al igual que aquellos que pude conseguir en España, pero nuestro trabajo como fundación sigue en pie, que es luchar por nuestros derechos como venezolanos”.