En el mejor de los casos, a Ramiro Espinel lo dializan tres horas al día con una frecuencia interdiaria. El sábado 14 de julio, el hombre de 62 años se regresó a casa sin poder cumplir su tratamiento. En la Unidad de Diálisis Jayor, donde recibe atención desde hace cuatro años, no había ninguna enfermera que lo pudiera conectar a lamáquina de diálisis. Esperó más de siete horas a que lo dializaran, pero fue en vano.
“Mi esposo tiene cuatro días que no se dializa. No había nadie para conectarlo y nos tuvimos que ir”, lamentó Zoraida Quintero, esposa de Ramiro, a las puertas del centro nefrológico este martes, 17 de julio. Cuando no recibe su tratamiento dialítico, Ramiro se siente ahogado. El pulmón se le llena de líquido, su cuerpo se hincha y le duele el pecho.
El déficit de personal es el mal más reciente que afecta a las personas con insuficiencia renal de la Unidad de Diálisis Jayor, ubicada en la avenida San Martín de Caracas y que depende del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
Sin embargo, la falta de insumos y las fallas en el suministro de agua también han dejado a los pacientes sin poder limpiar las toxinas que se les acumulan en la sangre.
Los pacientes renales necesitan dializarse durante cuatro horas al día con una frecuencia interdiaria. La máquina de diálisis suple la función que cumpliría un riñón encontrarse en buen estado: purificar la sangre. Al no tener el tratamiento establecido, las toxinas se van acumulando y puede ocurrir una descompensación del enfermo.
El pasado viernes, 13 de julio, los pacientes tuvieron que conectarse ellos mismos a las máquinas porque en el turno de la noche no había enfermerassuficientes para atenderlos. “Estábamos en una sala de 20 personas y solo había una trabajadora para todos nosotros”, contó Dainazet Robespierre, paciente renal.
El turno de Dainazet empieza a las 3:00 pm y termina a las 7:00 pm, pero ese viernes se fue del centro nefrológico a las 9:00 pm. El procedimiento se atrasó porque tuvo que ubicar los kits de conexión, las líneas, los filtros y los demás insumos para ayudar a sus compañeros de diálisis.
No tenía miedo de quedar mal dializada, sino de no recibir el tratamiento que le tocaba ese día y pasar el fin de semana acumulando toxinas.
Las enfermeras del centro nefrológico afirman que los bajos sueldos son la razón que motivan a la mayoría del gremio a renunciar. Savino Linares ve el déficit de personal en sus sesiones interdiarias. “En tres meses se han ido, al menos, cuatro enfermeras que atendían en mi sala”, lamentó.
Desde el pasado 25 de junio el gremio de los enfermeros se mantiene en paro en la red pública para exigir mejores remuneraciones salariales. Hasta la fecha, cumplen más de tres semanas en protesta sin recibir respuesta por parte de las autoridades.
En Jayor ni máquinas ni agua
No solo la falta de personal es un dolor de cabeza para quienes se tratan en la Unidad de Diálisis Jayor. También la falta de mantenimiento a los equipos. El pasado 10 de julio, el administrador del centro de salud emitió un comunicado en el que advierte el riesgo de que se produzca un cierre técnico.
De un total de 83 máquinas con las que cuenta la unidad, 44 están fuera de servicio. La falta de equipos dificulta que los pacientes reciban una atención adecuada y que sus diálisis tengan una duración de cuatro horas diarias, tiempo necesario para purificar la sangre.
En el comunicado, la administración advierte que la falta de equipos solo les permite atender a 250 personas por día de un total de más de 400 pacientesque llegan a recibir tratamiento.
Yesely Bolívar se levanta a las 3:00 am para salir de su casa en Guarenas y poder llegar a su turno de diálisis a las 11:00 am. Dice que, llegando en el turno de la mañana, tiene mayores probabilidades de que la atiendan. Sin embargo, madrugar no siempre le ha resultado.
“A veces llego y pierdo el viaje. Si no es porque no hay enfermeras, entonces es porque no hay insumos ni agua”, lamentó, “estamos aquí a la voluntad de Dios”.
Las fallas en el suministro de agua le han restado horas de tratamiento a los pacientes de la Unidad Jayor. “El sábado 7 de julio vine a dializarme y no me pudieron conectar porque no había agua. Pasé todo el fin de semana sin poder dializarme”, lamentó Nelcy Sánchez, otra paciente de la unidad.
Fuente: Efecto Cocuyo