“Permítanme ser claro desde el principio, existe un problema humanitario muy real en Venezuela” aseguró Mark Lowcock, coordinador de Asuntos Humanitarios este martes ante el Consejo de Seguridad.
Lowcock dijo que un informe preliminar de su oficina sobre las necesidades prioritarias en el país sudamericano, compilado gracias a datos oficiales y no oficiales disponibles, revela que unos siete millones de personas en el país necesitan asistencia humanitaria, lo que equivale a un cuarto de la población.
Existe un problema humanitario muy real en Venezuela.
“La situación humanitaria ha empeorado. Los apagones generalizados recurrentes han afectado a todo el país. Sin electricidad, muchos hospitales han luchado para llevar a cabo procedimientos quirúrgicos esenciales y para mantener los servicios de cuidados intensivos y el tratamiento de diálisis. Se han interrumpido los sistemas de agua y alcantarillado. El deterioro económico ha continuado y el poder adquisitivo de la gente común ha disminuido aún más, lo que hace que los alimentos sean aún menos asequibles para muchas familias”, expresó el coordinador.
Agregó que las personas necesitadas se encuentran en todo el país, pero los Estados más afectados son los de Zulia y Lara en el Oeste, siendo los más vulnerables las mujeres embarazadas y lactantes, los niños menores de cinco años, las personas indígenas, los migrantes y las personas con discapacidades.
Además, el coordinador humanitario reveló que, en un contexto de contracción económica severa y continua, se estima que:
1,9 millones de personas requieren asistencia nutricional, entre ellas 1,3 millones de niños menores de cinco años;
las enfermedades prevenibles como la tuberculosis, la difteria, el sarampión y la malaria han resurgido, con 2,8 millones de personas en necesidad de asistencia médica, incluidos 1,1 millones de niños;
y unos 4,3 millones de venezolanos requieren asistencia de agua y saneamiento, entre ellos un 17% de los más pobres que no tienen acceso a agua potable, o la reciben solo una vez cada dos semanas.
Se necesita más apoyo y menos división política
Lowcock recalcó que se puede hacer más para aliviar el sufrimiento de lo venezolanos, si se recibe más ayuda y más apoyo de “todos los interesados”, recalcando una vez más que la escala de necesidades es significativa y creciente.
El coordinador pidió el apoyo del Consejo de Seguridad en tres áreas específicas: la primera, un mayor respeto por la acción humanitaria basada en varios principios.
“En Venezuela, es necesario separar los objetivos políticos y humanitarios. La asistencia humanitaria debe prestarse sobre la base de la necesidad solamente”, dijo.
En segundo lugar, dijo, se necesita de un entorno operativo que habilite la capacidad de ayuda e incluya el acceso continuo y regular a los necesitados.
“Tomo nota de las medidas adoptadas recientemente por el Gobierno de Venezuela para facilitar el ingreso de más personal de las Naciones Unidas al país y la expansión de los programas humanitarios, incluidos los del movimiento de la Cruz Roja”, dijo, añadiendo que se requieren medidas adicionales.
“Necesitamos más organizaciones humanitarias con la capacidad de satisfacer necesidades urgentes para establecer una presencia y ayudar con las operaciones en el país. También necesitamos más datos e información para garantizar que nuestra comprensión de las necesidades evolucione con la situación”, resaltó.
Finalmente, Lowcock pidió más apoyo financiero para apoyar la expansión de los programas humanitarios.
“Los recursos disponibles ahora son extremadamente modestos en relación con las necesidades que vemos”, dijo, agradeciendo a los Estados que han colaborado, pero recalcando que se necesita mucho más.
El éxodo continúa
El representante especial para los refugiados y migrantes venezolanos, Eduardo Stein, también pidió más apoyo internacional ante el Consejo de Seguridad ante el éxodo de más de 3,7 millones de venezolanos hacia otros países de la región.
“Se necesita más apoyo para los Estados que tienen políticas de fronteras abiertas para recibir, asistir y albergar a los venezolanos que salen de su país”, dijo.
Stein recalcó que esta ayuda también debía extenderse a las comunidades específicas que están recibiendo a los migrantes y los venezolanos.
“Muchas de estas comunidades ya tienen necesidades. Si las atendemos podemos aumentar el impacto de la respuesta humanitaria, mitigar las posibilidades de expresiones xenofóbicas y crear un mejor ambiente para la integración de los venezolanos con sus comunidades de acogida”, aseguró.
El representante especial conjunto de la Agencia de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones reiteró una vez más que la situación de los venezolanos saliendo de su país se trata de un éxodo sin precedentes que ha afectado a más de 20 países, y que, de continuar la situación, para finales de 2019, otros dos millones de venezolanos habrán dejado su casa.
“Las razones declaradas para irse incluyen inseguridad y violencia, falta de acceso a alimentos, medicamentos y servicios esenciales, así como la pérdida de ingresos y la falta de sistemas de protección nacional efectiva”, afirmó, asegurando que los individuos y familias abandonan Venezuela con crecientes necesidades y vulnerabilidades, y que una tasa de separación familiar desproporcionadamente alta se está comenzando a presentar.
El Consejo de Seguridad sigue dividido
Estados Unidos
El vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, participó de la reunión, que había sido solicitada por su país, y pidió al Consejo de Seguridad que revoque las credenciales del Gobierno de Nicolás Maduro ante la ONU.
También anunció que su país prepara una resolución para reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Según Pence, grupos de países como el G7 y la Organización de los Estados Americanos han reconocido los representantes de Guaidó como legítimos, y muchos países del hemisferio occidental están pronunciándose por lo que es momento de que las Naciones Unidas también lo hagan.
El vicepresidente estadounidense acusó al Gobierno de Caracas de empobrecer a la población y de haber encarcelado a 1.255 personas sin debido proceso y matado al menos 40 manifestantes.
“Los ladrones en Venezuela no roban bancos, roban restaurantes; las pandillas y los ‘colectivos’ han convertido las calles en zonas de guerra. Venezuela ahora tiene el mayor índice de asesinatos del mundo, más 70 personas al día. Venezuela es un Estado fallido, y como nos enseña la historia, los Estados fallidos no conocen límites […] Nicolás Maduro es un dictador sin derecho al poder legítimo y debe irse”, aseguró Pence.
Rusia
El representante de Rusia, Vasily Nebenzya, aseguró que Venezuela no supone una amenaza a la paz y a la seguridad, cuestiones por las que vela el Consejo de Seguridad, cuestionó las cifras ofrecidas por el coordinador humanitario de la ONU y destacó que el Gobierno de Maduro no rechaza la ayuda humanitaria.
“¿Qué es lo que impide que llegue a su fin la crisis: las sanciones y la injerencia externa en asuntos internos del Estado? Y en lo que se refiere a las diferencias políticas internas, estamos convencidos de que solamente mediante un diálogo que se entable en Venezuela se podrán superar. Los Estados Unidos han insistido en desestabilizar la situación en Venezuela y de manera artificial han creado una crisis en este país con el propósito de destituir un líder legítimo para reemplazarlo con su títere. Ejemplos de la crasa injerencia de los Estados Unidas en los asuntos de América Latina”, declaró el embajador ruso.
China
Su colega chino, Ma Zhaoxu, por su parte, declaró que su país apoya al Gobierno de Venezuela en sus esfuerzos porque se respete su soberanía nacional, su independencia y estabilidad y puso en duda las razones humanitarias de Estados Unidos, “ya que por un lado se habla del bienestar del pueblo venezolano y por otro se le imponen sanciones”.
“China se opone a que las fuerzas externas se injieran en los asuntos internos y se opone a la intervención militar, y se opone al uso de la llamada cuestión humanitaria para conseguir propósitos políticos. La historia ha reiterado una y otra vez que las sanciones unilaterales solo exacerbarán la situación, afectarán la vida cotidiana de las personas, no ayudará a resolver los problemas y tampoco llevará la paz al país.
Francia y Reino Unido
Mientras tanto, el representante de Francia, François Delattre, rechazó la existencia de una confabulación extranjera,pidió una solución humanitaria y política, y dijo que había una oportunidad para una transición política pacífica en Venezuela “mediante elecciones presidenciales libres, creíbles, transparentes con observadores de la comunidad internacional”.
Su colega de Reino Unido, Karen Pierce, habló de la existencia de una crisis humanitaria de “proporciones épicas” y pidió el reconocimiento del presidente de la Asamblea Nacional como presidente del país.
Américas
Por la región, intervino el embajador de Perú, Gustavo Meza-Cuadra Velásquez, que habló también en nombre de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá y Paraguay, países del Grupo de Lima, quién aseguró que la migración alcanza a más de 3,5 millones de personas, con 5000 emigrantes diarios, lo que supone para los países de acogida y sus servicios de sanidad, educación, vivienda, empleo e integración”, y pidió que se canalice ayuda humanitaria a Venezuela con apoyo de la ONU. Añadió que, a largo plazo, “la recuperación de la democracia y el Estado de derecho, conducida por los propios venezolanos apoyada por medios políticos y diplomáticas y sin el uso de la fuerza”.
El representante de República Dominicana, Francisco A. Cortorreal, dijo, por su lado, que es “urgente encontrar las condiciones para una negociación práctica” en Venezuela y solicitó un proceso electoral justo, libre, competitivo, con garantías y acompañamiento de la comunidad internacional. La solución la deben liderar los venezolanos y ser pacífica, aseguró.
Por su parte, el Representante Permanente de Venezuela ante las Naciones Unidas, Samuel Moncada, aseguró que la situación que enfrenta su país es producto de una campaña de agresión por parte de los Estados Unidos y el Reino Unido.
“El tratamiento a la situación no puede ser una nueva dosis de intervencionismo agresivo con máscara humanitaria. La solución no está en donaciones por parte de los criminales que quieren presentarse como salvadores, no está en canales humanitarios diseñados para provocar conflictos armados, no está en conferencias de donantes que ocultan el saqueo cometido contra nuestra nación”, dijo.
“El tratamiento de la situación está en la devolución del dinero robado a nuestro pueblo, en el cese del bloqueo comercial y financiero a nuestra nación, en el cese de los sabotajes a nuestras infraestructuras con operaciones clandestinas, en el cese de la amenaza a intervención militar, y en el cese de las amenazas de los venezolanos que quieren dialogar, debemos parar la guerra de Trump, y el Consejo debe cumplir su responsabilidad garantizándole a Venezuela su derecho a la paz”, aseguró Moncada.
El embajador además contradijo el discurso de Pence, señalando que se trataba de una mentira que la Organización de Estados Americanos hubiese expulsado al representante de Maduro, y que la decisión que se había tomado era la de incluir además de este, a uno de la Asamblea Nacional que preside Juan Guaidó.
Fuente: Naciones Unidas