Este año tiene un significado especial la celebración del Día Mundial de la Salud. Mientras en el mundo los sistemas de salud están siendo retados al máximo, dedicados a atender el COVID-19, en Venezuela la pandemia se monta sobre un siste- ma de salud más que precario, destruido, después de 18 años de políticas públicas donde privó el interés político y económico sobre la capacidad y dirección técnica. Ya en 2010, el gobierno de Hugo Chávez decretó la emergencia en el sector salud, pero ninguno de los objetivos de ese decreto fue logrado, por el contrario, las de-cisiones que allí te tomaron nos trajeron a la crisis de hoy.

La vulneración del derecho a la salud ha ido incrementándose en los últimos años con la afectación de los elementos que conforman esta prerrogativa: disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad. Tal incumplimiento da cuenta de cómo la corrupción, en sus diversas formas, ha incidido transversalmente sobre el derecho a la salud, conduciendo al detrimento de la calidad de vida del venezolano y la actual Emergencia Humanitaria Compleja (EHC), en medio de la pandemia del COVID-19.

Siendo la corrupción una de las causas primordiales, existen múltiples indicadores de la actual vulneración al derecho a la salud: alta rotación ministerial, compras y contrataciones opacas y a dedo, supresión de contrapesos y mecanismos efectivos de control, opacidad en la gestión pública y ausencia de rendición de cuentas, creación de sistemas de salud paralelos, aumento del control militar, adopción de medidas perniciosas, ausencia de una legislación en materia de salud, entre otros.

Ante esta crisis, Transparencia Venezuela exige:

  • El Acceso a la Información Pública se tienen que extender a todos los ámbitos de actuación del gobierno, sobre todo a lo que tiene que ver con COVID-19.
  • Censurar y ataque a los medios no es opción nunca y menos en medio de la pandemia.
  • Publicación inmediata del Boletín Epidemiológico diario en medio de la pandemia.
  • Plan nacional de prevención y control.
  • Habilitación de centros de salud.
  • Campañas educativas e informativas dirigidas a la población.
  • Inversión en la producción de medicamentos, reactivos e insumos.
  • Planificación y revisión de las condiciones de almacenamiento de medicamentos.
  • Publicación del presupuesto nacional con detalles de proyectos, metas y responsables en sector de salud.
  • Nombramiento de un equipo técnico especializado
  • Nombrar un equipo técnico que tenga la responsabilidad de tomar las decisiones sobre la atención a la pandemia e informar permanentemente de las decisiones y de la situación.
  • Reformar los sistemas de justicia y de contraloría independientes que realizan procesos rigurosos de seguimiento y auditorias de los fondos, recursos, ayudas, compras, contrataciones y programas sociales dedicados a la pandemia y exijan informes de rendición de cuentas.
  • Aprobación de una legislación en salud con enfoque en derechos humanos y mecanismos anticorrupción.
  • Diseño de un programa regular y formal de control de casos de enfermedades y epidemias.

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