Cifras oficiales no hay. Hasta diciembre de 2015 el Gobierno dio a conocer que unos 63 mil venezolanos estaban en tratamiento por el virus de inmunodeficiencia humana. Desde entonces, las estadísticas son opacas y solo hay aproximaciones.
“Anteriormente el Ministerio de Salud publicaba los datos y se registraban entre 11 mil y 12 mil nuevos pacientes por año. Luego esa cifra llegó a 7 mil. Se pensaba que era porque los casos estaban disminuyendo, pero no es así. No han bajado, es que no hay reactivos para que los pacientes se hagan las pruebas y sepan si tienen el virus”, advirtió el activista Feliciano Reyna, presidente de la ONG Acción Solidaria, que asiste a pacientes con VIH/sida.
Reyna estima que en el país hay actualmente unos 75 mil pacientes con VIH en tratamiento. Fuera de ese número quedan quienes no pueden hacerse las pruebas de carga viral ni la medición de su sistema inmunológico por la falta de reactivos.
El pasado 27 de julio llegó al país un cargamento del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para atender a más de 1.600 niños y niñas de hasta 12 años por un periodo aproximado de 6 meses. Los dos antirretrovirales pediátricos (Zidovudine y Efavirenz) se importaron en el marco de la cooperación entre la agencia de la ONU y el Ministerio de Salud para atender el programa nacional de sida.
Pese a que los tratamientos para los más pequeños arribaron al país, aún hay miles de pacientes adultos a la espera de medicamentos para tratar el VIH. “22.600 personas toman un tratamiento específico (Efavirenz + Emtricitabina + Tenofovir) que desde el mes de junio tiene los inventarios en cero. No está previsto que llegue al país sino hasta mediados de septiembre”, advirtió Reyna.
Al igual que con Unicef, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) también suministrará medicamentos para pacientes con VIH y otras patalogías como parte de un mecanismo de cooperación con el Estado. Sin embargo, Reyna indicó que la falta de planificación y el retraso en las órdenes de compra emitidas por las autoridades de salud ocasionaron una interrupción en el suministro del tratamiento en los pacientes.
“A partir de la administración de la ministra de Salud Luisana Melo se emitieron las órdenes con retraso. Luego hubo un cambio de gabinete con Antonieta Caporale y, posteriormente, hubo otro con el cambio al ministro actual, Luis López. Esto implicó un retraso en las compras hechas al fondo y trajo como consecuencia que los productos lleguen con retrasos de dos o tres meses, cuando ya no queda inventario de nada en el país”, explicó el activista.
El presidente de Acción Solidaria calificó como buena noticia que el Estado utilice los mecanismos internacionales habilitados con las agencias de la ONU para traer medicinas al país. Sin embargo, insistió en que es trabajo del Estado poner en marcha el plan adecuado para que los medicamentos lleguen de forma oportuna y sean distribuidos correctamente.
“Este tipo de fondos facilita la compra por volumen a un precio negociado, pero para ponerlo en marcha el Ministerio de Salud debe contar con la planificación y los recursos para hacer las órdenes a tiempo”, indicó Reyna. De lo contrario, las consecuencias pueden traer desmejoras inmediatas para los mismos pacientes.
“El retraso tiene un efecto nocivo y viola el derecho a la salud que tienen las personas. Esto no solo afecta el bienestar físico de los pacientes, sino también el mental”, aseguró.
Para comunicarse con el centro de información sobre el VIH/Sida, llame al (0212) 952-2009