Desde octubre del año pasado las palabras “Clap farmacéutico” eran pronunciadas tímidamente por algunos funcionarios venezolanos. Lo que se había limitado a ser tratado en transmisiones televisivas sin mucha definición, ahora es el nuevo caballo de guerra del chavismo contra el desabastecimiento de medicamentos y tiene fecha de implementación: “el 15 de mayo debemos iniciar, estado por estado, la solución del problema de los fármacos”, dijo el presidente Nicolás Maduro, el martes 4 de abril en transmisión de Venezolana de Televisión.
Aunque Maduro prometió crear “un milagro complementario de la salud”, organizaciones no gubernamentales y médicos temen que este nuevo mecanismo burocratice aún más el acceso a la atención médica e incumpla con los principios de universalidad y confidencialidad garantizados hasta ahora.
El mandatario no explicó cómo será el funcionamiento del nuevo sistema de distribución, pero sí indicó que se utilizaría el Carnet de la Patria como medio de acceso. “Para eso es que nos estamos carnetizando, para que a la abuelita o abuelito reciba su pastilla y nunca le falte, al que sufre convulsiones le llegue su pastilla y nunca le falte, y no depender más del sabotaje del sistema de distribución capitalista que le esconde las medicinas al pueblo o se las cobra en precios exorbitantes”, dijo el mandatario. No indicó cantidades a dispensar ni requisitos, pero aseguró que el sistema Clap-Barrio Adentro 100% atendería a quienes sufren diabetes, hipertensión, epilepsia y VIH.
En el país, al menos 3.000.000 de personas sufren de alguna enfermedad crónica que requiere ser tratada con medicamentos. “Y Barrio Adentro, en este momento, no cubre ni siquiera al 20% de la población. No podría darse abasto para atender a tanta gente. Uno de los canales más perfectos de distribución era el de los medicamentos, en 24 horas podías poner medicinas en cualquier parte de Venezuela”, advierte el ex ministro de Sanidad, José Félix Oletta.
El médico cree que la estrategia es errada, pues el problema de escasez de fármacos, que la Federación Farmacéutica Venezolana ubica en 80%, no radica en la distribución sino en la producción. “Le hicieron la vida imposible a los laboratorios internacionales, han acabado con los laboratorios nacionales y las consecuencias finales son que la población no tiene acceso a los medicamentos, las enfermedades se agravan, se complican y la gente se muere cuando no tiene tratamiento. Eso no se soluciona pidiéndole a la gente que se saque un carnet”, critica Oletta.
El gobierno ya ha tratado antes de mejorar la forma de entrega de las medicinas. Durante la gestión de los ministros Henry Ventura y Luisana Melo pusieron en marcha el Siamed y el 0800SaludYA, ambos criticados y desechados por el propio Maduro por su poco poder para resolver el conflicto.
Vulneración de derechos
La Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida) rechaza la posibilidad de que se use el Carnet de la Patria y los Comités Locales de Abastecimiento y Producción como un requisito y un canal para la distribución de medicamentos esenciales. “Es una medida discriminatoria que no cumple con los principios internacionales. No sabemos si este anuncio tiene que ver con la petición de ayuda por parte del Gobierno a las Naciones Unidas en materia de salud, pero solicitamos una reunión con el representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para que nos lo aclare. Si tiene que ver, el PNUD tiene que rechazar que se distribuya la ayuda por ese medio, porque habría uso con fines políticos”, indicó Francisco Valencia, presidente de Codevida.
Además, Feliciano Reyna, de Acción Solidaria, teme que de aplicarse la medida, grupos no entrenados para la distribución y dispensación de medicamentos hagan mal uso de su “poder”: “En el caso de la hemofilia, ya se ha denunciado que quienes están encargados de entregar los factores sanguíneos, pretenden racionarlos, determinar si la persona tiene una lesión grave o no. Romper la estructura propia de las dos grandes instituciones que manejan la salud (Ministerio de Salud e Instituto Venezolano de los Seguros Sociales) nos parece de una gravedad y un absurdo pasmoso”. A Reyna le preocupa que el anuncio simplemente sea un intento de hacer propaganda al Carnet de la Patria para usarlo como nueva forma de control social.
Violación de la confidencialidad
Para Jhonathan Rodríguez, de la organización de paciente StopVIH, la decisión del presidente Maduro está destinada al fracaso y advierte que la medida es “riesgosa” pues vulnera la confidencialidad de las personas con VIH al agregar nuevos pasos de censo y registro.
“Para sacar el carnet, hay que hacer una cola kilométrica. Esas largas colas no la soportan los pacientes, se desmayan. No pueden estar expuestos a ese tipo de situaciones y que el Estado pretenda exponerlas a ello viola su derecho a una vida digna”, alertó el activista. También dudó de la efectividad de los Clap: “Para nadie es un secreto que los Clap no llegan a todos los venezolanos, yo estoy anotado desde hace más de un año en el Clap y no lo recibo. Exigir más documentos es poner más obstáculos a la atención que las personas necesitan para vivir. Si las personas con VIH no se toman el medicamento como dicen los médicos se desencadena una situación que abre todas las posibilidades para que el paciente fallezca”.
Fuente: El Estímulo