Venezuela atraviesa una crisis de salud devastadora, y el gobierno venezolano sigue negando la magnitud del problema, señaló Human Rights Watch.Ante una crisis que se agudiza, un equipo de Human Rights Watch viajó a las fronteras con Colombia y Brasil para evaluar el alcance de la crisis humanitaria de la que huyen los venezolanos. Human Rights Watch viajó con profesionales médicos y de salud pública del Centro por la Salud Humanitaria (Center for Humanitarian Health) de John Hopkins University y del Centro de Salud Pública y Derechos Humanos (Center for Public Health and Human Rights), que forma parte de la Escuela de Salud Pública Bloomberg en Johns Hopkins.
“El sistema de salud pública de Venezuela ha colapsado y ha puesto en riesgo las vidas de un número incalculable de venezolanos”, expresó Shannon Doocy, profesora asociada de la Escuela de Salud Pública Bloomberg en Johns Hopkins, quien integró el equipo que viajó a la frontera entre Colombia y Venezuela. “La combinación de un sistema de salud fallido y escasez generalizada de alimentos ha provocado una catástrofe humanitaria, que seguirá empeorando si no se aborda con urgencia”.
En los últimos años, el gobierno venezolano ha impedido que trasciendan datos sobre la situación epidemiológica en el país, en un presunto intento por esconder la magnitud de la crisis de salud. En 2015, el Ministerio de Salud interrumpió de manera abrupta la difusión de actualizaciones semanales sobre indicadores de salud relevantes, una fuente clave de información de salud pública, si bien sigue informando algunos datos a la Organización Panamericana de la Salud.
Cuando la entonces ministra de Salud reanudó brevemente la publicación de los boletines epidemiológicos en 2017, fue inmediatamente despedida. El gobierno también ha tomado represalias contra médicos que han expresado públicamente su preocupación por la crisis o que intentaron difundir datos sobre esta.
Los datos existentes señalan un panorama complejo de brotes de enfermedades como sarampión y difteria, un drástico aumento en los casos de malaria y tuberculosis, y la falta casi total de tratamiento antirretroviral para personas con VIH. Los niveles crecientes de desnutrición agravan esta crisis de salud y contribuyen a que los venezolanos sean más susceptibles a enfermedades infecciosas y tengan más probabilidades de sufrir complicaciones cuando se enferman.
Vacunación
Venezuela presenta actualmente brotes de enfermedades que pueden prevenirse con vacunas y que habían sido eliminadas del país. Estos brotes sugieren que existen graves deficiencias en la cobertura de vacunación. Según la Organización Panamericana de la Salud:
- Desde junio de 2017, se han informado más de 7.300 casos de sarampión en Venezuela, incluidos 5.500 casos confirmados y 64 muertes hasta septiembre de 2018. No se registraron casos de sarampión en Venezuela entre 2008 y 2015, salvo un único caso en 2012. El brote se ha extendido a otros países de la región, y hay más de 10.000 presuntos casos de sarampión en Brasil vinculados con el brote en Venezuela.
- Entre julio de 2016 y septiembre de 2018, se informaron más de 2.000 presuntos casos de difteria. Más de 1.200 han sido confirmados y más de 200 personas han muerto. En cambio, entre 2006 y 2015 no se informó ni un único caso en Venezuela.
Malaria
La cantidad de casos sospechados y confirmados de malaria en Venezuela ha aumentado de manera constante en los últimos años —de casi 36.000 en 2009 a más de 406.000 en 2017, según la Organización Mundial de la Salud. Actualmente, la malaria es una epidemia que persiste en más de nueve estados venezolanos, de acuerdo con un documento oficial elaborado por la Organización Panamericana de la Salud, ONUSIDA y el Ministerio de Salud de Venezuela. Expertos en salud atribuyen esto a la reducción en las actividades de control de mosquitos, la escasez de medicamentos para tratar enfermedades y las actividades de minería ilegal que favorecen la reproducción de los mosquitos al generar agua estancada.
Tuberculosis
La cantidad de casos de tuberculosis informados en Venezuela aumentó de 6.000 en 2014 a 7.800 en 2016, y en informes preliminares se señala que hubo más de 10.000 casos en 2017. La tasa de incidencia de la tuberculosis en 2017 (32,4 cada 100.000) fue la mayor que tuvo lugar en Venezuela en 40 años.
VIH
Venezuela es el único país de ingresos medios del mundo donde numerosos pacientes con VIH se ven obligados a suspender el tratamiento debido a la escasez generalizada de medicamentos antirretrovirales. El 87% de las más de 79.000 personas que viven con VIH y están inscriptas para recibir tratamiento antirretroviral del gobierno venezolano no lo están obteniendo. La cantidad de casos de VIH recientemente identificados en Venezuela aumentó un 24 % entre 2010 y 2016, y en 2016 hubo 6.500 nuevos diagnósticos. El número real de nuevas infecciones por VIH es sin duda mayor, sobre todo si se considera que muchos centros de salud ya no pueden realizar pruebas de detección del VIH.
Mortalidad materna e infantil
Las estadísticas oficiales más recientes del Ministerio de Salud de Venezuela indican que, en 2016, la mortalidad materna aumentó un 65 % y la mortalidad infantil creció un 30 % en apenas un año.
Desnutrición
Las complicaciones médicas que sufren los pacientes en Venezuela se ven agravadas por la severa escasez de alimentos y el acceso limitado a una nutrición adecuada. Muchos venezolanos, entre las decenas de los entrevistados en la frontera por el equipo de Human Rights Watch y John Hopkins, manifestaron haber perdido peso y comer una o dos veces por día en su país. Para algunos, la comida consistía únicamente en yuca o sardinas.
Aunque el gobierno venezolano no ha publicado datos nacionales sobre desnutrición desde 2007, la información disponible sugiere que estaría en aumento:
- Una encuesta nacional representativa realizada por tres prestigiosas universidades de Venezuela concluyó que el 80 % de los hogares venezolanos están en situación de inseguridad alimentaria, lo que implica que no cuentan con una fuente segura de alimentos, y que las personas relevadas habían perdido un promedio de 11 kilos durante 2017.
- La organización humanitaria católica Cáritas Venezuela, que da seguimiento a la situación nutricional y brinda asistencia humanitaria a niños y niñas en comunidades de bajos recursos en Caracas y varios estados, informó que la desnutrición aguda moderada a severa entre niños y niñas de menos de cinco años aumentó del 10 % en febrero de 2017 al 17 % en marzo de 2018 — un nivel indicativo de una crisis, según los estándares de la Organización Mundial de la Salud. En julio de 2018, Cáritas Venezuela informó que la media había descendido al 13,5 %; sin embargo, las estadísticas eran superiores a niveles de crisis en Caracas (16,7 %) y el estado Vargas (casi 20 %).
- Una encuesta realizada por Cáritas en 2018 detectó que el 48 % de las mujeres embarazadas en estas comunidades de bajos recursos manifestaban desnutrición aguda moderada o severa.
- En hospitales de distintas localidades del país se informan aumentos en la cantidad de ingresos de niños y niñas que presentan desnutrición aguda moderada o severa, y es preocupantemente elevada la proporción de niños y niñas ingresados en hospitales con desnutrición aguda (del 18 % al 40%), de acuerdo con información proporcionada por profesionales de la salud venezolanos a Human Rights Watch.