La donación de órganos para algunas personas es la única oportunidad de seguir viviendo. Por ello, es muy importante que quienes han sido trasplantados nunca cambien la dosis ni dejen de tomar su medicación.

Es indispensable para las personas trasplantadas recibir oportunamente y con constancia su tratamiento, siguiendo los estándares mundiales. Sin embargo, en Venezuela la vida de las personas trasplantadas corre riesgo por fallas en los suministros de los medicamentos por parte del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

Aquellas personas transplantadas que ante la escasez de medicamentos no reciben oportunamente su dosis diaria pueden sufrir desde complicaciones en su salud hasta el rechazo de los órganos donados, situación que ya se ha registrado desde 2016 por no recibir los tratamientos a tiempo.

Para mantener el trasplante es necesario que el paciente tome al menos dos inmunosupresores diarios -de por vida- pero en Venezuela siempre falta al menos uno. La crisis está lejos de solventado, y cada día se agudizan los padecimientos de los transplantados.

Con los inmunosupresores se busca disminuir la reacción del organismo frente al órgano trasplantado, para evitar su rechazo. Las personas trasplantadas dependen de medicamentos antirechazo para seguir viviendo. La intercambiabilidad de medicamentos puede significar el fracaso del trasplante.

En Venezuela hay aproximadamente 3.500 personas trasplantadas que están en riesgo de perder su órgano ante la falta de medicamentos para mantener con vida su trasplante.

Aleida García, trasplantada renal desde hace 16 años está a punto de perder su órgano porque no recibe Ciclosporina desde noviembre de 2016. Su caso no es aislado, ni es la única medicina para trasplantados en escasear, en el IVSS de Alto Costo tampoco están dando de forma regular Celtec, Predisona, Prograft, Cercec, Cellcept, y Mayfortic.